Acerca del soñador

Nací un 14 de octubre, allá por el año de 1981, en el distrito de Miraflores, en Lima la Gris. Por cosas del destino y sin poder tener voz (no sabía hablar) ni voto (recién lo pude tener a los 18 años) vine casi recién nacido a vivir a la calurosa Ica.
Soy, según los chinos, Gallo. Según el Zodíaco tengo aún mis dudas existenciales por culpa de Ofiuco, pero quiero creer que todavía soy Libra. De lo que sí estoy totalmente seguro es que pertenezco a esa rutilante e inolvidable generación de los ochenta. Sí, soy ochentero, con todo lo que ello significa.
Comencé a saborear los problemas propios de los estudiantes en el nido "La Espiguita", y de ahí pasé a estudiar mis once años escolares en el "San Vicente de Paúl" de esta ciudad. Al terminar me di cuenta de que me faltaba mucho por andar. Me ganó el bichito de la Medicina, y me puse a estudiarla en la San Luis Gonzaga, donde terminé allá por el año 2006, año donde me quedaba dormido contra mi voluntad a causa del cansancio y el internado. Sí, sí, soy médico.
Empecé a leer gracias a un libro que me regaló mi padre: "Veinte mil leguas de viaje submarino" de Julio Verne. Aunque, si hago un poquito más de memoria, mi madre me contaba cuentos de unos libritos rojos que me encantaban. Gracias a ellos dos aprendí a amar la lectura. Los genes literarios también son culpa de ellos: la poesía es paterna y la prosa es materna. Así que empecé a escribir, y a diferencia de mi padre que no tuvo la oportunidad de publicar sus maravillosos poemas, a mi se me dio por regalar lo que escribía.
De chiquito ya solía soñar sin dormirme, y vivía una utopía. Cuesta vivirla, pero se hace un poco más fácil cuando tienes el apoyo de los padres. Amo soñar despierto, igual que a mi hermana (aunque no le digan que les dije, porque le gusta hacerlo en secreto), y parece que mi hija sigue los mismos pasos porque ya hemos soñado juntos y despiertos (mis mejores sueños los tengo a tu lado, hija). Y cosas del destino, su madre es una soñadora que no se atreve a confesar que sueña.
Mi familia es el puño con el que escribo, sueño, me levanto y me defiendo.
Siempre regalaba, ya lo dije, lo que escribía, o lo guardaba en mi cajita de recuerdos. Hasta que una muy buena amiga y colega me animó a escribir con otro propósito: SER LEÍDO. "Me encanta leerte", me dijo, y con eso bastó para estar aquí con otro ánimo y otro sueño. Escribir para todos y poder "ser leído".
Veremos qué tal me va. Por lo pronto ya estoy soñando, de vuelta al ruedo, y quiero que utopicen conmigo.
Así que el día de hoy EMPEZAMOS. Abramos la puerta de Ciudad Utopía.



Actualización 2015: Encontré empolvada la Ciudad. Pero hay motivos que hacen que vuelva por aquí, dos años despues. Sí. Volví.